Sin embargo, el rechazo, si bien actualmente sólo se aplica a la misma zona tarifaria, no es discriminatorio. Las mejoras técnicas en la gestión de la movilidad pasan por que las administraciones competentes consigan que cada persona disponga de una tarjeta con un plan de viaje personalizado.

Una madre divorciada con un hijo menor de edad presentó una queja a la defensoría de la ciudad porque el padre obstaculiza el uso compartido del título de transporte T-16 por parte del menor. La ciudadana solicitó un duplicado, pero la petición se le denegó. Según la normativa vigente, el hijo sólo puede disponer de una sola tarjeta, que deben compartir los progenitores. La Autoritat Metropolitana del Transport (ATM), el ente responsable de este título, ha recibido quince quejas de situaciones similares desde 2023.

La T-16 es una tarjeta gratuita para niños y adolescentes personal e intransferible, y está integrada en la T-mobilitat, un proyecto para crear una tarjeta única de transporte para todos los servicios para la movilidad de Cataluña. Según el plan vigente sobre este ámbito, este proyecto incorpora variables sociales y ambientales en las tarifas para hacerlas asequibles; permite obtener información para gestionar mejor la movilidad y adaptarse a cada usuario o usuaria; y calcular el precio del transporte de forma personalizada.

Por qué no se puede duplicar la T-16, según la ATM?

La posibilidad de tener un duplicado de la tarjeta sólo se contempla en caso de hijos o hijas de personas progenitoras o representantes legales que ostenten la custodia compartida y que residan en sectores tarifarios diferentes (el sistema lo integran cerca de 300 municipios divididos en 6 coronas). En el caso de la promotora de la queja, no se cumple el segundo requisito, puesto que vive en el mismo sector que el padre del menor. Los argumentos de la ATM para rechazar cambios en este sentido son:

  • Aumentan los riesgos de fraude, ya que que el sistema no permite controlar simultáneamente el uso de dos tarjetas en una misma zona tarifaria.
  • Habría que diseñar e implementar, desde un punto de vista tecnológico, un plan individualizado para cada usuario, y el coste no sería asumible.
  • El título debe permitir su uso dentro de la zona tarifaria donde reside la persona titular (el o la menor) y, por tanto, todos los soportes tienen codificada una zona de origen que define los trayectos que se pueden realizar.

Las conclusiones de la Sindicatura

Desde la Sindicatura de Greuges de Barcelona resolvemos que las administraciones responsables deben seguir avanzando para conseguir que cada uno pueda tener un título de transporte de viaje propio e individual, en la línea de lo que marca el actual plan de movilidad. De esta forma, sí se permitiría la adaptación a cada persona usuaria y, a priori, se podrían hacer duplicados en cualquier circunstancia, como pide la ciudadana promotora de la queja, sin poner en riesgo las medidas de control para evitar fraudes. Una de las administraciones implicadas es, claro está, la ATM, un consorcio del que forma parte, entre otros, el Ayuntamiento de Barcelona.

A hora bien, dada la operativa de la tarjeta en el momento actual, consideramos que la imposibilidad de utilizar dos tarjetas T-16 en una misma zona tarifaria no es en ningún caso discriminatoria, aunque sí se permita en zonas diferentes. Por tanto, concluimos que la actuación de la Autoridad Metropolitana del Transporte ha sido eficaz y ajustada a derecho.

Más allá de criterios técnicos, esta Sindicatura también quiere expresar empatía con la situación sufrida por la ciudadana promotora de la queja. Y es que la gestión de las dinámicas familiares puede constituir una fuente de estrés y, en este sentido, el uso de la T-16 es un elemento primordial en la cotidianidad de muchos menores y de sus familias. Este hecho debería tenerse en cuenta a la hora de implementar las posibles mejoras en la gestión de la movilidad, especialmente cuando éstas pueden repercutir en situaciones complejas como las de las familias con custodia compartida de menores.