La defensoría de la ciudad recomienda al Distrito de Horta – Guinardó que vele para que se haga una intervención en las gradas y en los banquillos del campo de rugby, y que se garantice la seguridad implementando medidas y el mantenimiento de los vestuarios. También que se realice un seguimiento riguroso del cumplimiento del contrato por parte del gestor. Hay que tener en cuenta que, a finales de abril de 2025, el Ayuntamiento de Barcelona sacó a licitación la elaboración de un informe del estado de conservación de 28 campos de fútbol municipal, entre ellos el de este complejo.
La queja la presentaron un total de 46 personas en relación con los desperfectos de las instalaciones del Complejo Deportivo Municipal Teixonera Vall d’Hebron y, más en concreto, del campo de rugby, y por el peligro que esto supone para las personas espectadoras. El estado preocupante de dejadez se apreciaba en las fotografías aportadas por los promotores de la queja, y quedó después acreditado por un informe de inspección visual muy completo que el propio Ayuntamiento de Barcelona realizó en octubre de 2023. Actualmente, sólo hay cuatro campos en la ciudad para practicar el rugby.
En 2018, la Sindicatura ya emitió una resolución sobre esta problemática, en la que se recomendaba una actuación urgente. Uno de los espacios que presentaban más deficiencias eran los vestuarios, que no se ajustaban a la normativa; en la queja que ahora se resuelve, éste sigue siendo uno de los principales problemas que se exponen. La Sindicatura visitó el complejo deportivo en marzo de este año, pero no pudo acceder a los vestuarios. En cuanto al resto de instalaciones, se observó una mejora considerable respecto a 2018, pero se considera que existe un margen de mejora muy amplio.
Una imagen descuidada que fomenta el incivismo
Este margen de mejora era evidente, por ejemplo, en el estado de conservación y mantenimiento de las gradas y banquillos, con elementos estructurales visiblemente desgastados, como agujeros en el suelo reparados de forma precaria. Una imagen descuidada que supone un riesgo evidente para la seguridad de los espectadores y espectadoras. El mal estado de conservación de un equipamiento genera una sensación de abandono que fomenta los comportamientos vandálicos, que a su vez acelera su degradación. Este fenómeno se conoce como la teoría de las ventanas rotas.
El gestor ha manifestado reiteradamente su preocupación por la incidencia de los actos incívicos en el mantenimiento y conservación del complejo deportivo, pero no ha llevado a cabo acciones para hacerle frente y mejorar la prevención: a modo de ejemplo, no se han reforzado lo suficiente las vallas del perímetro, ni se han instalado cámaras de seguridad para poder registrar e identificar a las personas responsables.
Otro hecho que exponían los promotores de la queja es el uso del campo de rugby de la Teixonera para la práctica deportiva de fútbol. Los gestores de la instalación han solicitado un informe a una empresa encargada de la homologación del campo de rugby sobre los efectos que tendría esta práctica. El documento detalla los siguientes inconvenientes:
- Mayor desgaste de varios de los elementos que conforman el campo y, por tanto la reducción de su vida útil;
- incidencia sobre el desarrollo normal del juego, ya que el desgaste de la fibra de césped influye sobre el bote de la pelota;
- y, en consecuencia, mayor riesgo de lesiones de las personas que juegan allí.
Una actuación inadecuada, a pesar de las mejoras
Si bien durante los últimos tiempos se ha intensificado el seguimiento y el control para mejorar la supervisión de las instalaciones, la Sindicatura de Greuges de Barcelona concluye que la actuación del Distrito de Horta – Guinardó no ha sido suficientemente adecuada para hacer cumplir las obligaciones derivadas del contrato con la entidad gestora, y que se ha vulnerado el derecho a practicar deporte de manera óptima.
El Distrito debería impulsar mejoras estructurales y renovar su imagen, lo que ayudaría a evitar el incivismo, e implementar más medidas de seguridad.