Después de conocer la situación de estos dos pisos de la calle Alcántara, la Sindicatura de Greuges de Barcelona ha recomendado al Distrito de Nou Barris y al Área de Ecología, Urbanismo y Movilidad, que adopten de manera inmediata las medidas necesarias para garantizar el derecho a la intimidad personal, familiar y del domicilio.

La defensoría de la ciudadanía barcelonesa ya ha tratado con anterioridad dos casos similares en la ciudad: la calle Badal y la calle Rosari Pi. La Sindicatura cree que las soluciones aplicadas en estos dos antecedentes históricos podrían marcar el camino a seguir para garantizar la intimidad y la seguridad de la ciudadanía que reside junto a la pasarela de la calle Alcántara.

La denuncia vecinal

El vecindario de dos pisos de una finca de la calle Alcántara se ha dirigido a la Sindicatura para mostrar su disconformidad por la ubicación de una pasarela que une dos ascensores. Concretamente, la queja vecinal reside en el hecho de que la pasarela está situada a la misma altura de sus balcones, y a menos de tres metros de sus viviendas.

Como consecuencia, han sufrido actos incívicos, ven afectada su intimidad y relatan que deben mantener las persianas bajadas, y limitar el uso de los balcones. Finalmente, los vecinos y vecinas de estos pisos explican que han planteado esta problemática al Distrito de Nou Barris para que encuentre una solución que los preserve de actos incívicos, a la vez que les permita recuperar la oportunidad de disfrutar de la intimidad a su hogar.

Las consideraciones de la Sindicatura

En primer lugar, el equipo de la Sindicatura de Greuges de Barcelona se ha desplazado hasta la calle Alcántara para hacer una inspección presencial de la ubicación de la pasarela y evaluar la distancia que hay con las viviendas afectadas. En esta visita se ha constatado que el vecindario de los pisos situados en varios edificios no tienen garantizada la intimidad personal y la privacidad familiar. La Sindicatura ha trasladado la problemática a la gerencia del Distrito de Nou Barris en un encuentro que ha tenido lugar el pasado mes de julio.


“Cualquier persona usuaria de la pasarela ve claramente el interior de las viviendas. Quedan totalmente expuestos y al alcance de las actuaciones incívicas de los peatones que transitan, y que ya han sufrido en varias ocasiones”, ha afirmado el síndic de greuges de Barcelona, David Bondia.


Históricamente, la Sindicatura ha captado que esta misma problemática ya surgió en otros puntos de la ciudad. Especialmente conocido fue el caso de la finca de la calle Badal 122, afectada por la pasarela de Sants de una manera muy similar a los vecinos y vecinas de la calle Alcántara. En aquel caso, la solución fue poner vallas con una capa vegetal para resguardar las viviendas. Otras pasarelas, como el existente en el ascensor de la calle Rosari Pi, 16, también incorporan elementos cerrados a los laterales para proteger la intimidad de las viviendas más próximas.

La Sindicatura de Greuges de Barcelona considera que estos son dos ejemplos de las soluciones que se podrían implementar en la pasarela de la calle Alcántara para garantizar la intimidad y la seguridad de la ciudadanía que reside.