Publica un nuevo informe con 11 propuestas para fomentar la inclusión de la perspectiva juvenil en la elaboración de políticas públicas locales

La Sindicatura de Greuges de Barcelona ha presentado el informe “Adultocentrismo y políticas públicas locales: percepciones y propuestas juveniles, en el que se analiza cómo vive la juventud la relación con la administración municipal y de qué forma mejorarla. Para fomentar su participación y combatir el desapego de las nuevas generaciones, este informe incluye 11 recomendaciones.

Las propuestas de este informe abordan la necesidad de una transformación para incluir la perspectiva juvenil durante todo el proceso de creación de políticas públicas, tanto en el punto de partida y diseño de las mismas, como en su ejecución y evaluación.

Sin embargo, como concluye este estudio, el adultocentrismo no se supera o elimina desde políticas o iniciativas puntuales, sino que requiere un cambio en las dinámicas adultocéntricas existentes. Por eso, la Sindicatura propone un nuevo marco de actuación como un todo que únicamente desde la actuación coordinada y relacional en diversos ámbitos podrá producir los cambios necesarios.

El informe fue encargado al Consell de la Joventut de Barcelona y coordinado por dos investigadores expertos en la materia.

La difícil relación entre persones jóvenes y políticas públicas

La relación entre las personas jóvenes y las políticas públicas ha estado ubicada recurrentemente en el centro del debate público, social y político. La dificultad de las administraciones para llegar a los jóvenes, el sentimiento de distancia y desatención hacia las políticas públicas por parte de los jóvenes o las diferentes experiencias negativas o insuficientes que han vivido estos en estas relaciones son algunos de los puntos más significativos que visibilizan una cierta ruptura generacional .

Es de ahí de donde emerge este estudio. Un estudio que busca comprender cómo se materializan, perciben y viven estas relaciones con las administraciones públicas para observar la posición social y política que ocupa la juventud.

El objetivo del estudio es doble. Por un lado, analizar de qué manera se materializa lo adultocentrisme en las políticas públicas locales, escuchar y plasmar las experiencias, percepciones y relatos de las personas jóvenes participantes en su relación con las políticas públicas. Esto permite, además de escuchar las propias voces, analizar qué efectos tienen las políticas públicas para ellos y, en consecuencia, entender cómo son vividas e interiorizadas. También permite entender cómo de esta relación emergen posiciones sociales y políticas diferenciadas en función de diferentes condicionantes interseccionales.

Por otro lado, el estudio persigue producir marcos propositivos de mejora para incorporar una perspectiva juvenil no adultocéntrica dentro de las instituciones locales.

Un estudio participativo

Para comprender las posiciones que ocupan las juventudes en relación con las políticas públicas, este estudio ha utilizado una metodología participativa, con grupos de discusión con suficiente pluralidad y diversidad de perfiles para conseguir visiones y relatos heterogéneos. Los grupos se idearon sobre dos ejes transversales: un eje de edad y un eje interseccional, para dar espacio a voces que a menudo quedan más invisibilizadas.

De esta forma, por el eje de edades se crearon grupos de jóvenes de 16 a 18 años, de 24 a 28 años y de 30 a 35 años, con entre cinco y siete participantes a cada uno. Por el eje interseccional, se crearon grupos de jóvenes asociados, de jóvenes racializados y de jóvenes de identidades disidentes, con cinco participantes a cada uno.

La participación del Consell de la Joventut de Barcelona en todo el proceso desempeñó un papel protagonista y crucial. Las dinamizadoras fueron las encargadas de escoger a las personas participantes de cada grupo y también de realizar la tarea de contacto y convocatoria y de gestión de cada sesión.

Combatir la desafección institucional

Las políticas de juventud en Barcelona y en todo el país han puesto un énfasis muy especial en la participación de la juventud. Sin embargo, la sensación de las generaciones jóvenes es que su voz es menospreciada y sus demandas no son priorizadas. Y una prueba de este argumento es la posición marginal que todavía ocupan las políticas de juventud y la escasa prioridad en la agenda política de las necesidades y demandas de la gente joven.

La mejor manera de combatir el descontento y el desapego institucional de la juventud es haciendo políticas para la juventud. La incorporación de una perspectiva juvenil a las políticas públicas que reconozca la huella del adultocentrismo, cambie dinámicas institucionales y prioridades políticas es imprescindible para realizar este cambio.

Una mirada juvenil y interseccional

Para conseguir la inclusión de las nuevas generaciones, es necesario incorporar una perspectiva juvenil no adultocéntrica que siempre esté acompañada de una mirada interseccional. La juventud no es una entidad sólida y específica que actúa y se mueve por cuestiones comunes. Por tanto, si no se atiende a su diversidad, se seguirán invisibilizando las diferentes posiciones, marginalidades y opresiones que afectan a las diferentes personas jóvenes.

La Sindicatura de Greuges de Barcelona ha señalado anteriormente la importancia de aplicar una mirada interseccional en la defensa de los derechos de la ciudadanía para ser conscientes de la multiplicidad de discriminaciones y opresiones que experimentan las personas según las diferentes capas de opresión a las que se enfrentan, cómo se recogió en el Informe Anual 2022 de la Sindicatura de Greuges de Barcelona.

Conclusiones del informe

El estudio se ha articulado a través de dos bloques. El primero se refiere a las percepciones y experiencias que tienen las personas jóvenes participantes sobre las políticas públicas. Y el segundo analiza la cuestión de forma temática en relación con tres ejes: el derecho a la participación, la seguridad vital y la emancipación y el derecho en el espacio público.

Ha aparecido con fuerza la percepción generalizada de que la administración y las instituciones son algo extremadamente burocratizado. Un exceso de burocracia que se centra en la utilización de lenguajes y procedimientos que generan dificultades de comprensión para las personas jóvenes y también la no adaptación a las realidades juveniles tanto temporales (en horarios de atención, por ejemplo) como de conocimiento de los procesos (sentimientos de distancia, menoscabo, exceso de requisitos o de procesos, entre otros). Específicamente, en muchos de los grupos se vincula este exceso de burocratización a cierto envejecimiento de las instituciones. Un envejecimiento que va vinculado tanto al perfil de las personas que trabajan con él como a la centralidad que ocupan las cuestiones vinculadas a los adultos frente a las vinculadas a los jóvenes. Todo ello desemboca en la generación de un imaginario de que las instituciones son algo hecho por y para los adultos.

Por último, todo esto desemboca también en una percepción compartida de que el resultado de las políticas públicas dirigidas a la juventud o, dicho de otra forma, los resultados de las relaciones entre jóvenes e instituciones es parcial, insuficiente y no resuelve de forma completa las sus necesidades.

Este informe también ha puesto de manifiesto la posición marginal que todavía ocupan las políticas de juventud en nuestro contexto y la escasa prioridad en la agenda política de las necesidades y demandas de la gente joven. Por tanto, hay que reivindicar la centralidad de las políticas dirigidas a las personas jóvenes y en particular las que tienen un mayor impacto sobre sus transiciones.

11 propuestas para incluir la perspectiva juvenil

El estudio concluye con el listado de propuestas que plantea la Sindicatura de Greuges de Barcelona. Son las siguientes:

  • Impulsar un nuevo pacto intergeneracional: Con voluntad política y social, debe trabajarse en un acuerdo para poner las bases bajo las que incluir la perspectiva juvenil. El pacto debería identificar los efectos del adultocentrismo en las instituciones y en las oportunidades de la gente joven, enmarcar los fundamentos de la perspectiva juvenil en las políticas públicas y sentar las bases para su desarrollo.
  • Formar a trabajadoras y representantes institucionales sobre interseccionalidad, adultocentrismo y perspectiva juvenil: Es necesaria una formación a trabajadores y representantes de las administraciones que contribuya a aclarar conceptos, compartir la visión de las personas jóvenes y sensibilizar sobre algunas dinámicas muy integradas e invisibilizadas adultocentrismo en las instituciones. Una formación transversal tanto en los diferentes ámbitos y departamento de actuación de la administración, como en los diferentes niveles de responsabilidad en las trabajadoras y cargos públicos.
  • Dotar de una estructura política y técnica, propia y al mismo tiempo transversal, a las políticas de juventud (concejalía y comisión interdepartamental): Esta voluntad política debe ir acompañada de una concejalía específica con un vínculo orgánico directo con Alcaldía y una Comisión Interdepartamental de Perspectiva Juvenil de carácter político con el liderazgo de la concejalía de juventud y de alcaldía que garantice la incorporación de la perspectiva juvenil a todos los ámbitos que afectan a la vida de las personas jóvenes.
  • Priorizar las políticas de apoyo a la juventud y sus transiciones e incrementar su presupuesto: El trabajo de campo de esta investigación ha hecho evidente que la desatención de las necesidades y demandas de la juventud también es percibida por la gente joven, lo que alimenta el círculo vicioso del alejamiento entre juventud e instituciones democráticas. Es necesario poner en primer plano las necesidades de la gente joven, muy especialmente en las políticas de educación, trabajo y vivienda, con un incremento significativo del presupuesto a aquellas políticas orientadas a la juventud.
  • Integrar las voces de las personas jóvenes a través de sus propios espacios de participación: Es necesario poner más esfuerzo para abrir las instituciones a lo que está pasando en la calle, y no tanto para generar espacios y plataformas de participación ad hoc, y procurar que las personas jóvenes se acerquen. Las instituciones deben entender que las formas más espontáneas de participación y movilización social de la juventud son también espacios de expresión democrática que pueden orientar las políticas públicas.
  • Acomodar los espacios de participación institucionales y hacerlos significativos: Debe realizarse una transformación interna de los espacios de participación y diálogo propuestos e impulsados desde las propias administraciones. Es necesario, a través de la formación propuesta en el primer punto, acomodar los espacios a las realidades juveniles y adoptar nuevos formatos internos que los hagan más amables y se alejen de la reproducción de prácticas o dinámicas adultocéntricas.
  • Informar sobre las políticas y servicios a través de canales específicamente juveniles: portal joven de ventanilla única digital, puntos de información juvenil e información proactiva: Existe la percepción de que la información sobre servicios y prestaciones no llega por canales públicos y evidentes, sino que normalmente se realiza a través de canales y contactos personales e informales. Se valoró positivamente en los grupos de trabajo la posibilidad de crear un portal digital personalizado donde centralizar las diversas políticas dirigidas a la juventud y fomentar una información proactiva de servicios y oferta de políticas pública. Es necesario promover un tipo de información proactiva de la oferta de políticas públicas para colectivos específicos.
  • Promover la universalización de los servicios y prestaciones de apoyo a las transiciones juveniles: Las personas jóvenes identifican las políticas asociadas a las transiciones juveniles (apoyo a los estudios, facilidades de acceso al mercado laboral o acceso a la vivienda) como las más relevantes y que tienen mayor impacto sobre sus oportunidades. En nuestro entorno las transiciones juveniles han sido olvidadas a menudo por las políticas públicas y han dejado toda la responsabilidad de apoyo a las familias. Esto hace que las oportunidades y estrategias de transición estén muy condicionadas por la familia de origen y se alimente una dinámica de reproducción intergeneracional de las desigualdades.
  • Rejuvenecer de la Administración: Es necesario proponerse actuar para rejuvenecer la administración y facilitar la identificación de la juventud con las instituciones. Por ello, es necesario buscar estrategias con los agentes sociales para facilitar el acceso a puestos de trabajo de la administración y la promoción de personas jóvenes a través, por ejemplo, de plazas específicas, de la mejora de la información sobre ofertas y bolsas de trabajo, de la inclusión de criterios de edad en determinadas convocatorias, etc.
  • Establecer una estrategia de evaluación de la perspectiva juvenil en las políticas públicas: Más allá de la adopción de medidas concretas, es necesario mantener una visión global de la situación de la juventud y de la aplicación de esta perspectiva. Hay que partir, de entrada, de un diagnóstico de la situación de la juventud. Y que estas diagnosis estén más vinculadas a la voluntad de transformación de las condiciones de vida y oportunidades de los jóvenes y de las políticas que les afectan.
  • Poner en marcha un sistema de indicadores sobre la perspectiva juvenil en las políticas públicas: Estos indicadores deben medir aspectos vinculados tanto a la situación de las personas jóvenes y como a las políticas que les afectan. Los indicadores deben poner énfasis en las situaciones de discriminación adultocéntrica desde una lógica interseccional. También es necesario que recojan el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos.