La entrada en el circuito de atención para las víctimas de violencias sexuales no recientes no está clara y puede dar lugar a revictimizaciones secundarias: es necesario disponer de atención específica para este tipo de violencias, que son las mayoritarias.
También es necesario aumentar los recursos residenciales de urgencia y de larga estancia, así como la estabilidad de los equipos profesionales, ya que existe un grado de rotación que puede afectar a los servicios.
La defensoría de la ciudad publica el informe monográfico «Los servicios de atención a las violencias sexuales en la ciudad de Barcelona«, en el que han participado más de un centenar de personas que trabajan en servicios sociales y sanitarios y en entidades autogestionadas. Así mismo, se han analizado protocolos y otros documentos específicos, así como los 18 servicios especializados que existen en la ciudad.
En los últimos años, se constata un gran aumento en las denuncias y revelaciones de situaciones de violencia sexual. Este incremento de casos ha podido impactar en forma de saturación en los servicios: de acuerdo con la encuesta que se ha llevado a cabo, el tiempo que suele transcurrir desde el primer contacto hasta que comienza la actuación es muy superior al ideal, con una media de 3,3 meses de espera.
Estancias demasiado largas en recursos de urgencia
Los datos recogidos muestran que la mayoría de las personas atendidas por los servicios no han vivido la violencia sexual de forma reciente, sino que ha transcurrido una media de 3 años desde el incidente violento hasta la llegada al servicio.
Los equipos profesionales indican que las víctimas suelen haber visitado previamente una media de 2,17 servicios y, en algunos casos, han pasado previamente por más de 10 servicios, lo que puede implicar una victimización secundaria importante.
La entrada en el circuito de atención es más clara para los casos de violencias sexuales recientes. Ahora bien, hay contradicciones en la información municipal: las Guías del buen trato de algunos distritos señalan que el Hospital Clínic y el de la Vall d’Hebron son los referentes si la violencia sexual ha ocurrido en las últimas 72 horas. Sin embargo, en otros distritos estas guías no establecen limitaciones temporales.
Además, son habituales las estancias demasiado largas en los recursos residenciales, sobre todo en los de urgencia, en los que se llega a quintuplicar las estancias máximas recomendadas. También se ha identificado una carencia de recursos residenciales para mujeres con necesidades específicas (con consumo activos de drogas, con problemas graves de salud mental…).
Personal de los servicios: mucha rotación y burnout
Las condiciones de trabajo de los equipos profesionales son mejorables. Esto se refleja en el índice de inestabilidad laboral tan elevado: en los servicios de tipo social, la mayoría de las personas trabajadoras declaran que el equipo cambia cada año o menos, incluso. Algunas personas remarcan también la falta de recursos que sufren.
No ha habido un incremento de profesional proporcional al de personas atendidas, lo que redunda en un mayor estrés. Los profesionales destacan el impacto emocional, la responsabilidad y síntomas de agotamiento profesional (burnout).
Recomendaciones de la Sindicatura de Greuges de Barcelona
Realizado este análisis, la defensoría ha elaborado varias recomendaciones:
- Acordar una definición de violencias sexuales, alineada con la normativa vigente y compartida por todos los recursos.
- Establecer una entrada clara en el circuito de servicios para casos de violencias sexuales recientes y no recientes, detallando los servicios disponibles y sus funciones, así como los criterios de atención y los mecanismos de coordinación y derivación.
- Actualizar las Guías del buen trato de los distritos para incluir servicios específicos y criterios de atención en violencias sexuales. Otros recursos adecuados serían mapas de servicios públicos y privados que ofrecen atención a víctimas, que deberían crearse y hacerse después difusión.
- Asegurar una atención especializada y adecuada para cada tipo de violencia sexual, asignando más recursos residenciales de urgencia y de larga estancia.
- Dotar a los servicios específicos de personal y recursos suficientes para poder atender a las personas adecuadamente, asegurando la estabilidad de los equipos profesionales para evitar la alta rotación del personal, y proporcionarles condiciones laborales que tengan en cuenta la carga elevada de estrés emocional que tienen.
- Estudiar si es necesario que el Ayuntamiento cree categorías profesionales específicas que aseguren la especialización de las personas que atienden a las violencias sexuales.
Podéis consultar el informe entero en este enlace.